Los 5 lugares secretos de Girona que solo conocen los locales
- Masia Can Pou

- 27 may
- 2 Min. de lectura
Girona guarda secretos como quien esconde tesoros en el fondo de un cajón antiguo. Más allá de la muralla, de los callejones del Call y de las escalinatas de la Catedral donde todos se detienen, existen rincones que no salen en las guías, pero que los gironins guardan en el corazón. Hoy te comparto cinco de ellos: lugares que huelen a historia, a silencio, a vida cotidiana. Lugares que te harán sentir parte de aquí.
La Font del Bisbe – Un rincón de calma bajo la muralla
Entre la Catedral y el Passeig Arqueològic se esconde un pequeño vergel que parece suspendido en el tiempo. La Font del Bisbe es una fuente silenciosa rodeada de vegetación, bancos de piedra y ese rumor suave del agua que invita a sentarse y no pensar en nada. Un lugar perfecto para leer, escribir o simplemente dejar que el tiempo pase sin prisa.

Els Jardins dels Alemanys – Ruinas, flores y atardeceres mágicos
Aunque está cerca de una de las entradas del casco antiguo, este jardín sigue siendo un espacio sorprendentemente tranquilo. Levantado sobre los restos de una antigua fortaleza napoleónica, es un rincón donde se mezclan la historia, las buganvillas y unas vistas de postal sobre la ciudad. Los atardeceres desde aquí tienen algo de íntimo y sagrado.
La Plaça de Sant Domènec – Donde el tiempo se detuvo
En el corazón del Barri Vell, esta plaza suele pasar desapercibida entre turistas. Y es una suerte. Las piedras del convento, la sombra de los árboles y el eco de los pasos solitarios la convierten en un lugar casi monástico. Suele haber estudiantes de la Universitat de Girona charlando bajo el sol, pero todo sucede en voz baja, como si el lugar lo pidiera.

El Refugi Antiaeri del Jardí de la Infància – Historia bajo tierra
Bajo un parque infantil se oculta uno de los testimonios más impresionantes (y menos conocidos) de la Guerra Civil en Girona. Este refugio antiaéreo, que se puede visitar en algunas jornadas especiales, guarda historias de miedo y esperanza. Un lugar que recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la ciudad supo proteger la vida.
El camino fluvial hacia Sant Daniel – Naturaleza a dos pasos
A solo unos minutos del casco antiguo comienza un sendero que bordea el río Galligants y se adentra en el valle de Sant Daniel. Es un paseo fácil, entre chopos y huertos, que parece llevarte a otra Girona: la más verde, la más silenciosa. Ideal para caminar al amanecer o al atardecer, y si te animas, acabar con un baño de bosque en las fuentes del valle.
Girona es mucho más que una postal bonita. Es una ciudad que se deja conocer poco a poco, con pasos lentos, con ojos atentos. Si te tomas el tiempo, ella misma te irá contando sus secretos.
¿Conoces algún rincón escondido que te haya enamorado? Cuéntamelo en los comentarios.






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